Si atendemos a la definición que la RAE da a la hernia de disco, nos encontramos con la siguiente: “Protrusión de un fragmento de un disco intervertebral, que, al comprimir el nervio adyacente, es dolorosa”.
Ahora bien, las causas por las que se produce esta ruptura pueden ser diversas, aunque suelen atender a un traumatismo, aunque en muchas otras ocasiones los motivos de que se produzca una hernia discal puede ser por un esfuerzo prolongado, por mantener una postura continua de la espalda, por levantar objetos con el tronco flexionado, por sobrepeso, movimientos repetidos, posturas incorrectas, etc.
Los discos intervertebrales están ubicados entre las vértebras, como su propio nombre indica, y permiten realizar movimientos a la columna vertebral, así como amortiguar dichos movimientos. La hernia discal aparece cuando las fibras que rodean a estos discos se debilitan o se rompen, por lo que los discos se pueden mover y presionar algún nervio de la columna. También se puede producir lumbalgia o ciatalgia.
Los síntomas que produce la hernia discal son muy parecidos a los que tiene la neuralgia del nervio ciático. Para prevenir una hernia discal hay que tomar reposo y evitar hacer movimientos repetidos, los esfuerzos físicos intensos, o coger sobrepeso. Además, una hernia de disco es difícil de prevenir, ya que la única manera de no padecer este tipo de hernia sería no hacer ningún tipo de esfuerzo físico. Además, hay personas más proclives a padecer las hernias de disco que otras y es importante tener siempre una buena postura de espalda.
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